Cuentaconmigo: Cuentos Personalizados

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viernes, 24 de febrero de 2012

LA PRINCESA QUE SE VOLVIO INVISIBLE

Erase que se era una niña que nació en el seno de una familia humilde pero aun así, ella tenía el porte y el corazón de una princesa.
La pequeña creció rodeada del amor de su familia, de su madre quien la quería con todo su corazón y de su padre quien le adoraba. Estos le transmitieron grandes valores que ella recogió y guardó dentro de su corazón.
Aquella pequeña poco a poco se convirtió en una hermosa joven, tan preciosa como la más bella de las flores.
Lo que más sobresalía de la princesa era su gran corazón. Siempre sonriendo y cantando. La vida la veía siempre con la perspectiva de la  botella medio llena, jamás la observaba medio vacía. 
De la gente veía siempre su lado bueno aun cuando estas le hicieran desplantes, como suele ocurrirles a las personas buenas, pero ella seguía sonriendo y siendo feliz.
Conoció a un príncipe que la quiso con todo su corazón pero que hechizado por el horror de la guerra, el hambre de la post-guerra, tenía un carácter duro y el corazón un tanto helado para sentir amor, eso sí por la princesa tenía devoción. Ella era la única capaz de romper aquel hechizo.
La princesa tuvo cuatro hijos a quienes quiso con todo su corazón. Les transmitió todo aquellos valores que su familia le había transferido. De este modo, todos ellos crecieron y se convirtieron en personas de bien. Ayudaba a todas las personas que en su camino se cruzaban.
Y así, la princesa era feliz. Y entonces ocurrió algo terrible que trastocó la felicidad de la princesa y de toda su familia. Apareció el malvado Alzheimer quien prendado por la belleza de aquella princesa se llevó parte de su alma con él. Pero la princesa  que durante toda su vida había sido muy valiente, ella que había recorrido medio mundo para ir junto a su príncipe marino, cruzado mares, montado en aviones y helicópteros, luchó contra él. Y aunque no le venció del todo porque su poder era mucho mayor que el de ella, se resistió a irse del todo con él.
Pero ocurrió algo curioso, cuando Alzheimer se presentó y se llevó una parte de la princesa, ésta comenzó a volverse invisible para el resto de la gente. La dejaron de ver e incluso hubo personas que no quería ir a visitarle por miedo a que Alzheimer también se los llevasen. Pero aquello a la princesa no le importó y siguió luchando con tesón y ánimo; cantando, mirando a los pajaritos y a los niños. Siempre con la sonrisa en su boca, dando un beso o un abrazo a quien se le acercase.
Alzheimer desesperado porque no conseguía llevársela del todo con él, intentó separar a su familia a sus hijos y a su marido. La princesa viendo aquello, y llevada por su sufrimiento tiró la toalla y decidió irse con el malvado Alzheimer, así dejaría en paz a su familia. Dejó de comer y se puso muy malita.
Entonces llamaron a sus hijos y a su marido porque la princesa que estaba en un centro de día se les iba, les dejaba, no quería luchar más, las fuerzas le abandonaban. 
Alzheimer se relamía por fin iba a ser suya para siempre jamás.
Pero las hijas y el marido fueron corriendo y le pidieron a la princesa, a su madre que luchase, le dijeron lo mucho que la necesitaban, todo lo que la querían, con toda su alma. Sin ella no eran nada. Ella era su madre, su princesa, quien a su lado siempre había estado para lo bueno y para lo malo. La besaron y le rogaron que se quedase con ellos.
El padre y los hijos viendo que se iba, prometieron estar de nuevo todos juntos y cuidarla hasta el final de sus días. Toda la familia rodeándola; marido,  hijos y  nietos.
La princesa al sentir en su corazón aquella unión, el amor de todos los suyos, abrió los ojos y volvió a desear vivir y de nuevo luchó contra el malvado Alzheimer quien grito de desesperación porque de nuevo aquella valiente princesa le había vuelto a vencer.
Pero mientras esto ocurría la princesa fue ingresada en un lugar llamado Cruces. La vieron tan enferma que pensando que iba a pasar a mejor vida, los médicos dijeron a su familia que tenían que llevársela de allí a Santa Marina o a Galdakao o a otro lugar.
Les dijeron que había un Protocolo para personas como la princesa con una cierta edad y su estado, todos pensamos  PROTOCOLO PARA MORIR
Porque parece ser que cuando nuestros mayores llegan a una edad determinada y si padecen alguna afección como la de la princesa, ya les dejan morir pues si tienen que realizar un tratamiento agresivo, como era el caso de la princesa, no se lo iban a hacer y de este modo moriría. 
¿Para qué tanta ciencia? tantos avances para vivir ¿para qué? a claro, ya lo sé para los que tienen dinero o influencias, seguro a que a ellos les hacen tratamientos agresivos o lo que a nosotros nos dicen que no se puede hacer. 
Esto es lo que hay y lo que nos tocará al resto de ciudadanos y lo que harán con nosotros PROTOCOLO PARA MORIR o quizás cuando nosotros lleguemos a esa edad directamente nos darán en la puerta del hospital un pastillita y al otro barrio.
Gracias a Dios, la princesa ha superado y vencido de nuevo al malvado Alzheimer está en de nuevo en su palacio junto a su familia, quienes la quieren y la cuidan. Sintiéndola cerca de sus corazones y despidiéndose de ella día día, dándole lo único que tienen y lo que más necesita ella para seguir viviendo y lo que mantiene vivos a toda su familia y lo que les hace sentirse mejores hijos y más humanos: Dándole todo su amor y cariño. Estando junto a ella, queriéndola, abrazándola y diciéndole lo muchísimo que le quieren y aunque no lo creáis la princesa les dice: "Si mis cielos yo también os quiero".

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