PORQUE YO NO SOY UN ARMARIO NI UN MUEBLE VIEJO

Hoy os voy a descubrir algo que durante años la gente no sabía, algo que nos ocurre y que lo ocultamos hasta que nos sucede. Hoy os voy a recordar que nosotros los humanos, todos sin excepción, envejecemos y que igual que nosotros cuidamos de nuestros ancianos, nuestros hijos cuidaran de nosotros.
Los ancianos y más los incapacitados no son muebles a los que podemos arrinconar en una esquina o hablar de ellos como si fueran mercancías. Nuestros ancianos son personas que fueron nuestros padres, nuestros abuelos... y que al igual que nosotros fueron jóvenes y dieron la vida por nosotros. Intentemos ser solidarios y abrazarlos, hacerles sentir que no están solos que nosotros estamos junto a ellos, dándoles un beso o mostrándoles las mejores de nuestras sonrisas. Compartiendo con ellos momentos en familia.
No miremos a nuestros ancianos como ese mueble que nos estorba en nuestra casa, miremos a nuestros ancianos como ese ser humano que un día nos dio la vida, nos contaba historias y se sacrificó por nosotros cada día.
POR UNA VEJEZ DIGNA Y EN FAMILIA. POR UNAS RESIDENCIA MAS HUMANAS Y CON MÁS VISITAS.